domingo, 2 de marzo de 2014

Rojo

No todo es tan negro como a veces parece, ni tan blanco. 
A veces lo vemos todo rojo, que sorprendentemente es un color que combina a la perfección con el blanco y el negro.
Otras veces arregla el día sólo con pintarte los labios de ese color.
A veces nos descoloca, otras nos ordena, nos rompe y nos arregla.
La cabeza, digo. Que el corazón, rojo también, no es tan fácil. 
Qué locura de cabeza los domingos, o al menos la mía.
Ese día tan de mujeres que no saben que pintalabios ponerse.
La mayoría de domingos parecen seguir el mismo ritual: sale el sol, se nubla, caen unas gotitas y sale el arcoiris. Como nosotras al final de la semana.

Ay, malditos domingos...


jueves, 6 de febrero de 2014

Como comerse con los ojos

Como el primer baño del verano
O plantar el culo en la nieve.
Como una canción que te llega al alma
O las palabras que nunca dices.
Como un abrazo cuando más lo necesitas
O un beso robado.
Como los nervios de la primera vez
O el temor a la última.
Como llorar de risa
O reír en un funeral.
Como la piedra que rodeas
O el muro que saltas.
Como un funambulista al borde del precipicio
O un niño señalando la luna.
Como un café por la noche
O una cerveza por la mañana.
Como comerse con los ojos
O hablar con las manos.
Como el cielo negro
O el mar rojo.
Como un cenicero lleno
O un cajón vacío.
Como un salto en paracaídas
O una noche soñando.
Como hablar con la almohada
O gritar a los cuatro vientos.
Como una carretera vacía
O un bosque lleno.
Como apostar todo
Y no perder nada.

Así es el amor.

jueves, 9 de enero de 2014

Madrugando que es gerundio

Coger la renfe hoy a las siete de la mañana me ha inspirado. 
Qué peculiares somos las personas.
Voy a empezar hablando de los mayores atentados contra la moda. Todos estos gorritos, bufandas, orejeras, capuchas de pelo...bien, podemos ponernos algo, NO TODO JUNTO. 
Sigo. 
Nena, los tacones que llevaste en Nochevieja los compraste por un motivo: era Nochevieja. Guárdalos hasta el año que viene o tíralos a la basura y nos haces un favor a todos.
Para acabar con los dilemas a la hora de vestirse, quiero destacar el modelito esquimal de una señora: abrigo hasta los tobillos negro, capucha con pelo que le tapaba hasta la cara con gorrito debajo, botas de pelo y guantes. Contando con que la señora debía medir metro treinta, creo que he visto un umpalumpa.
Dejando a un lado los problemas con la ropa, cabe destacar la figura de la tía que se corta las uñas en medio del vagón. Que puedo entender que no le haya dado tiempo esta mañana, pero que ver sus uñas por ahí saltando me da como grimilla.
El señor que pierde el maletín, el maravilloso vendedor de cupones de Sol y la monja con zapatillas Nike Air Max.
Y por último, el ser más maravilloso nunca antes visto sobre la faz de la tierra: LA SEÑORA QUE LEE EL GÉNESIS EN SU BLACKBERRY!!!
Si no lo hubiera visto, yo tampoco lo creería. Y es que lo que más me sorprende del asunto no es que la señora lea el génesis, que otros leen a la Etxevarría y no pasa nada, es que ésta tenía una blackberry!! 
No puedo decir que no me he entretenido, eso si.
Así que mando saluditos a todos los que vamos en la C-3 y aprovecho para pedir QUE NOS PONGAN MÁS TRENES.


martes, 31 de diciembre de 2013

Feliz año nuevo.

Hoy es un día de repaso, de reencuentros y despedida, de propósitos que nunca cumpliremos y promesas.
Es un día en el que me acuerdo de las cosas buenas del año, que para las malas ya hubo momento.
Un día para revivir los besos y los te quieros de verdad, las sonrisas que te acompañaron y los abrazaron que te levantaron.
Lo único que yo le pido al año nuevo es amor, y amar.
Amarnos a nosotros, a los nuestros y a los que vendrán. 
Que no significa empezar de cero, sino pasar la página y seguir escribiendo, que para eso estamos, para sumar.
Lo único que me propongo para el nuevo año es conservar las sonrisas que me hicieron fuerte, los besos que me hicieron feliz y las personas que me dieron todo sin pedir nada a cambio.
Por eso, os deseo a todos un nuevo año de amor y de sueños, que si nos lo proponemos, lo cumpliremos.
¿Hay algo más bonito que ser feliz?

Feliz año nuevo.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Un saludito a la señora Botella (II parte)

Hola a todos!
Hoy escribo para hablaros de nuevo de la maravillosa prueba de idoneidad musical que la alcaldesa de Madrid impuso para poder tocar en la calle.
Podría empezar diciendo que estoy contentísima por haber "aprobado". Hemos sido 318 los elegidos de los 460 que nos presentamos. Pero seguro que habéis leído más de una noticia de las que han salido sobre este tema: han suspendido a gente con varios años de conservatorio e incluso a una cantante que, hace un tiempo, el mismo ayuntamiento de Madrid contrató para una actuación en la Plaza Mayor ante miles de personas.
Las personas que nos juzgaron no se identificaron en ningún momento ni ante ninguno de los músicos que lo pidieron.
Me gustaría saber qué tipo de cualificación tienen ellos para poder decidir quienes de nosotros debemos tener ese absurdo permiso y en qué se han basado para elegirnos.
Ayer cuando salieron las listas de admitidos me puse en contacto con el ayuntamiento para pedir información sobre el permiso para tocar en la calle, que es el motivo por el cual hemos hecho esta prueba.
Bien. Un señor que hablaba como Loquendo (el cual no tiene la culpa de no tener información) me tuvo diez minutos en espera para decirme que, tras haber salido la lista de "aprobados", habría un periodo de reclamaciones y después de eso ya estábamos en Navidad y claro, un lío.
No sabemos nada de permisos. Sólo sabemos que si estas Navidades decidimos tocar en la calle las multas van a ser más duras que antes.
Después de esto, ya no sé qué pensar.
Nos estamos acomodando a la camisa de fuerza que nos están poniendo.
El día y que hicimos las prueba, tuvimos las suerte de compartir el tiempo entre improvisaciones de guitarra y trompeta con gente maravillosa. Si alguien que de verdad amara la música tuviera que dar esos permisos se tiraría de los pelos por la cantidad de arte por metro cuadrado.
Yo, personalmente, no quería ese permiso para estar cada día tocando en la calle, si no para poder  hacerlo sin que la policía me quite los instrumentos si un día me apetece.
Tal y como están las cosas en este país, ¿qué derecho tienen esos personajes a quitar unas monedas a quienes se las ganan haciendo música en la calle? ¿Por qué nos censuran? ¿Por qué se empeñan en cargarse la cultura de este país?
De nuevo, mando desde aquí un saludito a la señora Botella, que va a poder dormir bien sin músicos en la calle.


jueves, 12 de diciembre de 2013

Benditos dieciséis

Después de muchos años descubres cuál es tu talla de sujetador, ni más ni menos, te compras una Silkepil para estar siempre mona o simplemente para no parecer Frank de la jungla y te apuntas al gimnasio.
Qué bonito es tener veinte años y toda una vida por delante. ¡Y una mierda!
Cumples veinte con la típica frase de "ya alcanzas los patitos". Que no, que a mi me gustaban los patitos cuando me llevaban mis padres al parque a darles de comer, que a mi esto no me convence.
Hace unos años me gustaba la historia de Bridget Jones, me hacía gracia la pobre chica sufriendo por amor y todo eso. Ahora ya no mola, no sé si me entendéis.
No me gusta coger el tren a las siete de la mañana, me gusta trabajar sólo el día que cobro y cada día odio más el café.
Llega el día en el que entiendes a tu madre y todo es tan raro. Me hace hasta gracia pensarlo, pero es verdad.
Benditos granos de los dieciséis, eran mi mayor preocupación. Eso, y la ropa que te ponías para salir el viernes.
Va siendo hora de dejar las divagaciones mentales...tengo que seguir con la Silkepil.

martes, 19 de noviembre de 2013

Un saludito a la señora Botella

Buenos días amigos.
Hoy escribo para contaros una más de las injusticias de este país y especialmente de su capital, el Madrid de la señora Botella.
Si eres artista, ya no tienes posibilidad de demostrarlo.
Como excusa a una reducción de ruido en las calles madrileñas e incluso de robos (que no lo digo yo, lo dice ella), los músicos ya no podemos tocar en la calle. Bueno, sí podemos, arriesgándonos a que nos impongan multas y sanciones e incluso a que nos requisen los instrumentos.
Para poder tocar en la calle hemos tenido que rellenar y presentar una solicitud en el ayuntamiento de Madrid (en mi caso dos veces) en un plazo de nueve días durante el mes de noviembre, tras el cual habría que pasar un cásting en el que decidirían si te dan o no una autorización para tocar. Para llegar a esta "prueba" nos dijeron que se pondrían en contacto con nosotros una semana después de entregar la solicitud, y un mes y medio después, sin noticias aún de estos señores, he decidido llamar yo al ayuntamiento.
Tras cuatro intentos, una chica muy simpática me ha cogido el teléfono y después de diez minutos de música clásica, me ha dicho que no tienen ni idea de qué va a pasar, porque "los de arriba" aún no les han dado información sobre el cásting y mucho menos sobre los permisos. A todo esto le sumamos el precio de cada minuto de llamada a nuestro ayuntamiento.
La única excusa que me dieron a todo este lío del permiso fue que quieren quitarse del medio al típico rumano que toca el acordeón de terraza en terraza molestando a la gente.
Y digo yo, ¿qué daño hacemos la gente que sólo queremos enseñar lo que hacemos tocando en la calle?.
Si habéis paseado por el centro de cualquier ciudad habréis visto la cantidad de buenos artistas que hay, porque a veces la única opción es hacerlo en la calle ya que no hay más oportunidades.
Han privatizado teatros, han quitado a los músicos de la calle, e incluso han cerrado galerías de arte y redes sociales a artistas "demasiado transgresores".
¿Quién ha dado el poder a cuatro mamarrachos para decidir este tipo de cosas?
¿Por qué tratan de censurar el arte y la cultura de este país?
Después de esto, os animo a todos a que vayáis a los toros, que eso si es arte, y que gritéis bien alto: ¡Viva España!