jueves, 12 de diciembre de 2013

Benditos dieciséis

Después de muchos años descubres cuál es tu talla de sujetador, ni más ni menos, te compras una Silkepil para estar siempre mona o simplemente para no parecer Frank de la jungla y te apuntas al gimnasio.
Qué bonito es tener veinte años y toda una vida por delante. ¡Y una mierda!
Cumples veinte con la típica frase de "ya alcanzas los patitos". Que no, que a mi me gustaban los patitos cuando me llevaban mis padres al parque a darles de comer, que a mi esto no me convence.
Hace unos años me gustaba la historia de Bridget Jones, me hacía gracia la pobre chica sufriendo por amor y todo eso. Ahora ya no mola, no sé si me entendéis.
No me gusta coger el tren a las siete de la mañana, me gusta trabajar sólo el día que cobro y cada día odio más el café.
Llega el día en el que entiendes a tu madre y todo es tan raro. Me hace hasta gracia pensarlo, pero es verdad.
Benditos granos de los dieciséis, eran mi mayor preocupación. Eso, y la ropa que te ponías para salir el viernes.
Va siendo hora de dejar las divagaciones mentales...tengo que seguir con la Silkepil.

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