El olor a café recién hecho.
La ceniza de anoche aún en el cenicero.
La manta enredada entre las piernas.
Una ducha caliente.
El vestido de caricias y las botas de ser feliz.
Amaneció en feria en sus ojos.
Querría salir a la terraza y gritar:
"¡HE SIDO YO!"
He sido yo quien ha soñado todo la noche contigo, quien te ha robado todos los besos y la que no quería despertar.
Soy la culpable de cada minuto más en la cama, en el sofá y en el asiento de atrás.
Y tú, tú eres el cómo, el cuándo y el por qué. El dónde y el quién. El si y el no. El para siempre y el hasta nunca.
La más bonita casualidad.
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